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Libros Iluminados

En CM Editores realizan en Salamanca facsímiles de obras de gran valor histórico • Trabajan como intermediarios entre archivos y coleccionistas, los auténticos mecenas del siglo XXI.

A veces, la sensación de tener un libro único entre manos es indescriptible. Desde el peso y la rotundidad de sus páginas, a la encuadernación o sus dibujos. A lo largo de la historia, ha habido publicaciones perseguidas, incunables hechos a mano de gran valor y obras especiales que permanecen custodiadas en bibliotecas, cuidadas como las joyas que son. En el siglo XIX empiezan a querer preservar los originales y surgen con fuerza las llamadas ediciones facsímiles, aunque este tipo de «reproducciones exactas» pasan a ser constantes después de la II Guerra Mundial.

«La UNESCO hace entonces una directiva desde la que se invita a las bibliotecas a reproducir los originales para su preservación», cuenta Daniel Díez, uno de los dos socios que forman CM Editores, un auténtico especialista en el tema. «Nosotros empezamos con este proyecto en 2007 y este año es nuestro décimo aniversario. Tanto mi socio, Pedro Iribarnegaray, como yo, veníamos de mundos distintos, pero teníamos en común que nos gustaba tanto la historia como los libros, así que emprendimos. Hay otras empresas más lucrativas, pero si nos dedicamos a esto es porque nos gusta de verdad y disfrutamos mucho con todo el proceso».

Su editorial se dedica a «la reproducción y comercialización de facsímiles de códices medievales, libros de grabados, manuscritos e incunables, en tiradas cortas y limitadas a una sola edición destinadas a bibliófilos, coleccionistas y amantes del arte en general». Hacen ediciones de entre 400 y 1.000 ejemplares, lo que buscan es llegar a un público más amplio que el de los propios historiadores del arte y el centro neurálgico del proyecto se encuentra en Salamanca. «La razón principal es que soy de aquí y vivo en la ciudad. Además, antes había una estructura muy buena de artes plásticas y también se encuentra aquí el taller artesano de Antonio Sánchez, uno de los pocos a este nivel que aún hay en toda España». Poco a poco, el proyecto ha ido creciendo y ahora son veinte trabajadores «entre las sedes de Salamanca, Bilbao y la red; aunque estamos preparando una oficina en Madrid y otra en Málaga».

Al año preparan dos o tres ediciones diferentes, pero han estado trabajando sobre ellas mucho tiempo atrás. «Hacemos un trabajo de prospección. Investigamos, seleccionamos, vemos las características de cada obra, estudiamos la viabilidad, tanto a nivel técnico como su interés científico y también en términos comerciales. Luego nos ponemos con ello. Tardamos años en llegar al final. Por ejemplo, para nuestra obra de Pablo Picasso hemos tardado 4 años. Son procesos largos y laboriosos».

OBRAS DE ARTE. Daniel disfruta con lo que hace y no duda en mostrar alguna de las piezas que tiene en su oficina salmantina. Cada una es distinta. Algunas están en cajas, con laminado dorado… los acabados son excepcionales. «No son libros para leer. Bueno, en realidad tampoco son libros; lo que tenemos aquí son obras de arte que crean una relación emocional. He tenido en mis manos ejemplares que han pertenecido a personajes famosos, personajes históricos, y la sensación que te invade es indescriptible. Queremos conseguir eso. De alguna forma con nuestros libros es como viajar en el tiempo. Nos hace sentir un poco más pequeño por la calidad con la que trabajaban».

Algunas de estos ejemplares son conocidos como «libros iluminados», que son los que tienen imágenes combinadas con los textos. «Es algo de lo que el ser humano ha disfrutado mucho siempre. Desde los cómics a los memes. Pero en la Edad Media y en el Renacimiento la importancia de imagen y texto era muy grande, con una gran carga de belleza residiendo en las imágenes».

Ellos viajan por bibliotecas, centros de arte y colecciones, decidiendo qué obras añadir a su catálogo. «Puede que la más rara sea el Apocalipsis de Durero, una serie de grabados realizada por el pintor en 1498 que es el incunable número 1 de la Biblioteca Nacional de España. Apenas hay cinco en todo el mundo». Para poder acceder a estos libros, según cuenta Díez, se necesita un carnet de investigador, además de un aval y seguir las directrices que dan en cada centro. «Nosotros evitamos manipular los originales más de lo necesario, pero lo más importante son las fotografías. Si ellos no tienen de calidad, tenemos que hacer». Después las tratan y algunos dibujos deben retocarlos a mano. «Es un trabajo de meses tan sólo en las pruebas y verificaciones de los colores».

En la actualidad, CM Editores tiene seis colecciones: «Alberto Durero, Códices ilustres, Orbis Terrarum, Vistas de España, Montserrat y CM ARTE». En total unos veinte títulos agrupados en ellas. «Estamos trabajando ahora en cinco libros nuevos que llegarán entre 2018 y 2020. Uno de ellos será el Libro de los muertos de la cultura egipcia, con fuerte unión de texto e imagen». Este mercado tan específico es muy pequeño. «Hay unas cuantas editoriales similares en España, pero no muchas. Y nuestra forma de editar es distinta. En la feria de Frankfurt estamos todos y somos muy pocos», asegura Daniel; y continúa: «No es un mercado amplio, pero tampoco pretende serlo porque aunque somos iniciativas privadas el objetivo que buscamos es preservar el patrimonio bibliográfico».

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