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Carta Náutica de Gabriel de Vallseca de 1439

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Carta Náutica de Gabriel de Vallseca de 1439

DETALLES DEL FACSÍMIL

  • Autor: Gabriel Vallseca.
  • Año: 1439.
  • Signatura: Museo Marítimo de Barcelona.
  • Formato: carta en pergamino.
  • Medidas: 75 x 112 cm.
  • Libro de estudio: La Carta de Gabriel Vallseca de 1439 del Dr. Ramón J. Pujades i Bataller. Textos en inglés, español y catalán. 360 páginas.

El único mapa portulano hispánico conservado en nuestro país

Durante los siglos XIII al XV, experimentamos una transformación en la forma de representar el espacio marítimo: surgieron las cartas náuticas portulanas.se desarrollaron nuevas formas de descripción del espacio marino: cartas náuticas portulanas.

La Escuela Cartográfica Mallorquina emergió como un epicentro vital en la cartografía desde el siglo XV hasta el XVII. Siendo pionera en adoptar la brújula como herramienta de navegación, esta escuela lideró el movimiento de renovación. Impulsada por los monarcas de la Corona de Aragón y en sintonía con la expansión aragonesa en el Mediterráneo, dejó su huella en la historia cartográfica.

¿Qué se entiende por cartas portulanas?

Las cartas portulanas destacan como los primeros mapas realistas a escala en la historia de la cartografía.

Su origen se sitúa en el siglo XIII, surgidas a partir de registros conocidos como portulanos, los cuales delineaban las distancias entre los puertos urbanos. La finalidad era trazar rutas basadas en la dirección de los vientos y estimar las distancias a recorrer. Estos cálculos se basaban en los puntos ubicados en las secciones superiores e inferiores de la ornamentación cartográfica.

La Carta Náutica de Gabriel de Vallseca

La Carta Náutica de Gabriel de Vallseca, elaborada en pergamino y datada en 1439, traza la representación detallada del mar Mediterráneo, el mar Negro, el mar de Azov y las costas atlánticas de Europa y del norte de África.

Esta carta se alza como una de las joyas fundamentales en la colección del Museo Marítimo de Barcelona, siendo indiscutiblemente el ejemplar más significativo de cartografía náutica medieval que se conserva en España.

La Carta Náutica de Gabriel de Vallseca forma parte del folio V del Atlas Catalán de Abraham Cresques. Dicho Atlas alberga diversos mapas manuscritosque abarcan la totalidad del mundo conocido por los europeos de la época.

Actualmente, se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia (BnF), esta obra se erige como una de las obras cartográficas más importantes de la Edad Media.

«Elaborada sobre un pergamino tan delicado indica que su finalidad era la de un artículo de lujo. Su iluminado con miniatura gótica de pigmentos y oros despliega cierta magia para que nunca alcance el olvido».

ABC, 23/11/2013

¿Quién fue Gabriel de Vallseca?

Gabriel de Vallseca, un destacado maestro cartógrafo de ascendencia judía, se destacó por su enfoque visionario caracterizado por su naturaleza esquiva y ensoñadora. Su obra se caracterizó por reflejar una profunda observación de las tendencias emergentes en la época, lo que lo llevó a desafiar las rígidas estructuras de las escuelas cartográficas contemporáneas. En su taller, Vallseca dio vida a unas de las cartas marítimas más suntuosas y elaboradas de su tiempo, que no solo capturaban la información geográfica, sino que también transmitían un sentido artístico y estético excepcional.

La conversión de Gabriel de Vallseca al cristianismo fue respaldada por Juan de Vallseca, un respetado jurista que asesoraba al rey Juan I. Esta transición no solo ilustra la compleja interacción entre las comunidades religiosas en la Edad Media, sino que también subraya la red de conexiones y apoyos que influyeron en la vida y la carrera de Vallseca.

Cabe señalar que la familia Vallseca estaba involucrada en los círculos influyentes de Barcelona y formó parte de un grupo de prohombres que intentaron calmar la agitación popular que finalmente resultó en la destrucción de la judería en Barcelona. La participación de la familia en estos eventos históricos añade capas de complejidad a la historia de Gabriel de Vallseca y su contexto.

«Fechada en 1439, y estética aparte, la carta de Vallseca es un fiel retrato de la política del momento: escudos y banderas dibujadas en cada territorio indican a qué señorío pertenecían».

EL MUNDO, 12/01/2010

¿Qué aparece en esta Carta?

La Carta Náutica de Gabriel de Vallseca trasciende como un testimonio invaluable, abarcando un vasto tramo geográfico que se extiende desde las regiones de Escandinavia y el mar Báltico hasta llegar a Irlanda, las Azores y posteriormente desplazándose hacia el sur, hasta el mar Rojo, el golfo Pérsico y el Turquestán.

La riqueza de esta obra no solo radica en su extensión geográfica, sino también en los intrincados detalles que se presentan en forma de miniaturas góticas y leyendas meticulosamente trazadas. A través de estos elementos, la carta alberga un compendio de conocimientos de la época que abarcan no solo la geografía física, sino también aspectos de la geografía política, información sobre la flora y la fauna, y un caleidoscopio de detalles culturales.

El valor histórico de la Carta Náutica radica en su capacidad para documentar la existencia de monarcas de diferentes reinos, así como reflejar las costumbres y tradiciones de aquellos tiempos. Hechos históricos singulares también encuentran su lugar en esta obra, dejando una marca vívida de momentos y acontecimientos que influyeron en la configuración del mundo de entonces.

Joan de Moya, fundador de Lumenartis, la editorial que dio vida a este facsímil, nos cuenta como «es sorprendente lo bien definidos que estaban las costas y accidentes geográficos. Era muy importante ese conocimiento porque practicaban la navegación de cabotaje, es decir, conocer hasta el más pequeño detalle de una costa les permitía saber su ubicación exacta.»

Los propietarios de La Carta Náutica

La fascinante historia de los propietarios de La Carta Náutica revela un viaje a través del tiempo y las manos de distinguidas figuras que han atesorado esta joya cartográfica a lo largo de los siglos.

Desde su origen, la carta pasó a ser propiedad del renombrado navegante Américo Vespuccio en 1480, un hecho registrado en una inscripción en el dorso del mapa. Vespuccio, conocido por su contribución al conocimiento geográfico y su relación con el Nuevo Mundo, tuvo el honor de ser uno de los primeros guardianes de esta obra maestra cartográfica.

Más adelante, el destino la llevó a manos del Cardenal Despuig, quien la adquirió en Florencia antes de 1785. A partir de este momento, comenzó una intrigante cadena de propietarios de la carta, cada uno contribuyendo a su legado.

El Cardenal optó por resguardar la obra en Raixa, un espacio donde su preservación quedó en manos de sus sucesores, los condes de Montenegro. A través de las generaciones, la carta permaneció en este entorno, tejiendo un vínculo entre la historia y la cartografía.

Un episodio particularmente intrigante ocurrió en 1839, cuando un miembro de la familia Montenegro mostró el documento a dos luminarias culturales de la época: Fréderic Chopin y George Sand. Este encuentro revela cómo la carta trascendió su función cartográfica para inspirar conversaciones y conexiones en contextos artísticos y literarios. 

La historia de cambios de propietarios no estuvo exenta de controversias. Un infortunado accidente dejó su huella en la carta cuando un borrón manchó el área del Atlántico y las Canarias. Este incidente, aunque lamentable, añade una capa adicional de historia a la narrativa de la carta, testigo de los avatares que ha enfrentado a lo largo del tiempo. Se lo contamos a continuación:

LA HISTORIA DEL INCIDENTE

Fréderic Chopin debe mudarse a Mallorca por salud

«A Fryderyk Chopin, afectado de tuberculosis, los médicos le habían aconsejado que pasara el invierno (1838) en algún lugar con climatología benigna, como la isla de Mallorca pero, ya hace un par de semanas que el músico y su amante, la escritora George Sand, no pueden salir ni a pasear. (…)

Descubren la Carta Náutica de Gabriel de Vallseca en la biblioteca del conde de Montenegro

Deciden visitar la biblioteca del conde de Montenegro, una de las figuras más ilustres de Palma. Los recibe un sacerdote muy atento: “La biblioteca –les explica– fue creada por el tío del conde, el cardenal Antoni Despuig. Era muy aficionado a la numismática y guardó manuscritos valiosísimos, como este”. (…) “Es la carta náutica de Gabriel de Vallseca, de 1439, una obra maestra de la caligrafía y el dibujo topográfico. Américo Vespucio la adquirió por 130 ducados de oro”, añadió. Chopin y Sand la miran fascinados.

El terrible incidente que emborronó las Canarias y las Azores

Entre tanto, un criado se da cuenta de que el pergamino insiste en enrollarse y coloca un tintero lleno en uno de los extremos para sujetarlo. De repente, el grueso papel cruje y se enrolla llevándose por delante el tintero.

“Se escuchó un grito general; el sacerdote quedó más pálido que el pergamino”, explica George Sand en su libro Un hiver a Majorque.

“Entonces desenrollaron la carta muy despacio, en vano esperanzados. ¡Qué desgracia! ¡El tintero estaba vacío! […] Todos perdieron la cabeza. Creo que el sacerdote se desmayó. Los criados llegaron con cubos de agua, como si se tratase de un incendio y, con grandes fregadas de esponja y escoba, se pusieron a limpiar la carta y se llevaron mezclados reyes, mares, islas y continentes”, escribe Sand.

Seguramente Sand exageró un poco, pero los efectos del desafortunado accidente todavía hoy son visibles en el área donde Vallseca dibujó las Canarias. Tampoco pudieron limpiar del todo las Azores, una de las grandes aportaciones cartográficas de la carta, ya que es la primera representación del archipiélago completo que se conoce. Para presentarlo, el cartógrafo escribió una anotación al lado: “Aquestas illas foran trobades per Diego de Sivils, pelot del rey de Portogall, an l’ay 1427”.

Una obra maestra

Un auténtico tesoro para los amantes de la cartografía. Es una adición esencial a la colección de cualquier apasionado por la exploración visual de la geografía y la evolución del conocimiento humano.

El facsímil que se presenta es una verdadera maravilla, una reproducción meticulosa y auténtica del original que encuentra su hogar en el Museo Marítimo de Barcelona. Este museo, reconocido por su riqueza en artefactos náuticos y documentos históricos, guarda con celo una pieza que trasciende el tiempo y las fronteras, encapsulando siglos de exploración y comprensión del mundo.

Cada detalle de este facsímil ha sido cuidadosamente recreado, permitiendo a los entusiastas explorar y maravillarse con la misma riqueza de detalles, las mismas miniaturas góticas y las leyendas que aquellos que tuvieron el privilegio de ver el original. Cada línea trazada, cada punto indicado, revela una narrativa de los conocimientos geográficos, políticos y culturales de la época en que fue creada.

    DESEO CONOCER EN PROFUNDIDAD LOS DETALLES DE LA OBRA.

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