DETALLES DEL FACSÍMIL
- Título: Horae ad usum Fratrum Praedicatorum, Heures de Frédéric d’Aragon
- Fecha: 1501 – 1502
- Autores: Jean Bourdichon, Ioan Todeschino, Maître de Claude de France
- Medidas: 24,5 x 15,5 cm
- Signatura: BnF Lat 10532
- Idioma: latín
- Páginas: 388 páginas en fina vitela
- Iluminación: ornamentación marginal
- Miniaturas: 64 a página completa
- Tirada limitada y numerada ante notario de tan solo 999 ejemplares
- Libro de estudios a cargo de: Teresa d’Urso, profesora de Historia del arte Medieval.
Un tesoro artístico y religioso del siglo XV
El Libro de Horas de Federico III de Aragón es un manuscrito iluminado que data del siglo XV. Este libro de horas es una obra de arte religiosa y literaria que combina oraciones y devociones cristianas con ilustraciones meticulosamente detalladas.
Es un ejemplo excepcional de la tradición de los «libros de horas», que eran manuscritos iluminados utilizados como guías para la devoción personal y la oración en la Edad Media.
Este libro en particular se cree que fue encargado por Federico III de Aragón. La elección de encargar un libro de horas como regalo muestra la importancia de la devoción religiosa en la vida de la realeza y cómo esta se entrelazaba con su papel en la sociedad. Además, este tipo de libros también tenían una función didáctica, ya que podían ser utilizados para enseñar a leer y rezar, lo que resaltaba la importancia de la educación en ese período histórico.
¿Quién fue Federico III de Aragón?
Federico III de Aragón, también conocido como Federico III de Sicilia o Federico II de Nápoles, fue un monarca de importancia en la Italia medieval. Gobernó sobre el Reino de Nápoles desde 1496 hasta su muerte en 1504. Su relevancia radica en su papel en un momento de transición en la historia italiana y europea, así como en su intento de modernizar y estabilizar su reino.
Una de las contribuciones más notables de Federico III fue su intento de modernizar Nápoles. Promovió el desarrollo cultural y económico al fundar la Universidad de Nápoles en 1224, lo que tuvo un impacto duradero en la educación y el conocimiento en la región. Además, sus esfuerzos por mantener un equilibrio entre las potencias europeas ayudaron a preservar la estabilidad relativa en su reino en un momento de conflictos internacionales.
Además, durante su reinado, se llevaron a cabo proyectos de construcción y renovación de edificios y estructuras, lo que tuvo un impacto en la imagen y la infraestructura de Nápoles y sus alrededores.
Todeschino y Bourdichon, los dos artistas de esta joya
Indiscutiblemente, Todeschino y Bourdichon emergen como figuras centrales de su época. Para comprender plenamente la impresionante precisión y belleza que destila este libro de horas, es imperativo adentrarse en las trayectorias artísticas de estos maestros creadores.
Jean Bourdichon
Este pintor e iluminador francés estuvo intrínsecamente ligado a la corte a lo largo de su vida. De hecho, fue el pintor oficial de cuatro monarcas: Luis XI, Carlos VIII, Luis XII y Francisco I. Su renombre trascendió tanto que se le considera uno de los máximos exponentes artísticos de su época. Incluso algunos estudiosos sugieren que el artista contaba con varios colaboradores en la elaboración de sus obras, tal era su relevancia y demanda.
Giovanni Todeschino
Giovanni Todeschino era un miniaturista italiano que colaboró con diversos colegas y artistas muy cercanos a la realeza. Se ha podido confirmar que trabajó con Cola Rapicano, Cristoforo Majorana y, por supuesto, con Jean Bourdichon. El estilo distintivamente preciso y exquisito de Todeschino ejerció una fuerte influencia en la obra de Federico I.
Por tanto, la colaboración entre estos destacados dúos de artistas no solo moldeó este tesoro artístico, sino que también dejó una huella indeleble en la historia de la creación artística de su época.
¿Por qué este Libro de Horas es tan importante?
Este Libro de Horas no solo trasciende, sino que sobresale en múltiples esferas, abarcando tanto lo histórico como lo artístico en su plenitud. El Libro de Horas de Federico III se erige como una joya cultural de inmenso valor, fusionando historia y arte de manera magistral.
Importancia de trasfondo histórico
La historia de este manuscrito se entiende mejor a través del prisma de la convulsión que afectó Europa en ese período. El éxodo de Alfonso II y Federico III de Aragón desde Nápoles llevó consigo no solo manuscritos y tapices, sino también literatos, poetas e iluminadores de la corte. Entre ellos, se encontraba Todeschino, quien sirvió a la realeza de Nápoles y siguió al rey Federico en su exilio.
Historia y peripecias del manuscrito hasta la BNF
En 1504, Federico III de Aragón falleció en cautiverio en Tours, y sus restos encontraron su morada en la Real Cartuja de Vall de Cristo, en la Villa de Altura, Castellón, según lo dispuesto en su testamento.
Después de su deceso, este invaluable y lujoso manuscrito llegó a manos de la realeza española, ya que formaba parte de la colección de Felipe V. Por lo tanto, es plausible que, al momento de su fallecimiento, el códice acompañara al monarca hasta España, donde permaneció durante más de tres siglos.
Con el tiempo, el manuscrito se convirtió en parte esencial de la Colección del Palacio Real. No obstante, su destino tomó un giro cuando José Bonaparte lo sustrajo de esta colección.
Posteriormente, el Duque de Wellington lo capturó tras la victoria en la batalla de Vitoria en 1813. En este momento, Bonaparte intentaba sacar de España numerosas obras de arte, que cayeron en manos tanto de franceses como de ingleses durante la Guerra de la Independencia.
El duque consigue el convoy del rey caído. Este cargamento albergaba piezas artísticas de inmenso valor: cuadros, vajillas, y manuscritos, entre los que destaca este maravilloso libro de horas de Federico III de Aragón. Tras su traslado a Inglaterra y una subasta posterior, el manuscrito encontró un nuevo hogar en la colección de la Biblioteca Real francesa, actualmente conocida como la Biblioteca Nacional de Francia (BnF).
La particular belleza artística
Desde una perspectiva artística, la estructura misma del manuscrito destaca por su singularidad. Concebido en Tours, Francia, la composición general de este proyecto lo realizó Todeschino. No obstante, las miniaturas principales, las vívidas escenas de la pasión de Cristo extraídas de la Biblia, cobraron vida bajo la mano de Bourdichon. En ellas, destaca el magistral uso del claroscuro, los relieves dorados y una atmósfera sagrada que transforma estas escenas convencionales en composiciones especiales y sutiles. Creadas con meticulosidad en finas hojas de vitela, estas detalladas representaciones se fusionaron posteriormente con el manuscrito previamente embellecido por Todeschino.
Además, los márgenes de las escenas fueron creación de Todeschino. Estos bordes se revelan como auténticas joyas, enriquecidos con piedras preciosas, perlas, collares y ornamentos dorados en formas de sirenas y esfinges. Asimismo, se incorporaron hábilmente efectos visuales de fragmentación del pergamino, creando la ilusión de roturas. Cada página se convierte en una maravillosa muestra de ornamentación única y exquisita.
El estilo extremadamente particular de Bourdichon se aprecia con personajes frecuentemente imponentes, mientras que los rostros femeninos muestran rostros redondeados y angelicales que imponen su presencia y conmueven a partes iguales.
Resulta notable el generoso empleo de oro decorativo, especialmente en el vestido azul de la Virgen María, con numerosos y grandes pliegues de largas líneas paralelas resaltadas en oro.
Este trabajo enaltece la belleza de las miniaturas que alberga, exponiendo un proceso de creación sumamente delicado y virtuoso. Sin duda, estamos ante a una joya, un libro de rara elegancia, entre los libros de horas.
Tras nuestra edición facsímil nada volverá a ser lo mismo
Durante años, la piedra en las ediciones facsímiles ha sido reproducir con minuciosidad el oro de las piezas originales, colocado, pintado o dibujado de forma manual por pacientes artesanos medievales o renacentistas. Al ser algo realizado manualmente con tal mimo, cada zona del manuscrito suele tener diferentes volúmenes de oro.
No es lo mismo el de una capitular, con mas masa y volumen, que el del fino detalle del ropaje o el pelo, de cada uno de los personajes representados en las miniaturas. Hasta ahora, ninguna empresa había conseguido reproducir con este nivel de fidelidad al que hemos conseguido llegar con esta obra.
Cada letra, cada capitular, cada detalle de la decoración marginal y cada miniatura tienen diferentes micras de grosor, ¡es una sensación extraordinaria que nadie había logrado nunca!
Con la meticulosidad de detalles con los que reproducimos nuestra edición facsímil, tendrá la sensación de hojear el original, hemos capturado la esencia más pura de este manuscrito.
Este espectacular facsímil logra una verosimilitud impresionante en la reproducción de las miniaturas, los marcos y las simulaciones de las roturas del pergamino. Cada página cobra vida con la misma maestría y encanto que el original, permitiéndole adentrarse en la historia y el arte con una perspectiva única.
Es una obra exclusiva, limitada y numerada ante notario, con solo 999 ejemplares disponibles.
Para enriquecer aún más su experiencia, incluimos el libro de estudios curado por la eminente profesora Teresa D’Urso. Su profundo conocimiento en miniatura italiana y franco-flamenca, junto con su enfoque en la Edad Media y el Renacimiento, arroja luz sobre los autores del manuscrito, Jean Bourdichon y Giovanni Todeschino.
Esta edición no solo es un facsímil excepcional, sino una ventana a la historia y una muestra de maestría artística. Aproveche esta oportunidad para adquirir una joya de rara elegancia que captura la esencia del original en cada página.
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