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LAS LETRAS DE LOS MANUSCRITOS MEDIEVALES

Una de las épocas que más tópicos alberga es, sin duda, la Edad Media. Uno de ellos es que fue un periodo de oscurantismo. Sin embargo, lejos de la oscuridad que algunos imaginan, en este periodo encontramos algunas de las manifestaciones artísticas más increíbles.

Se trata de los manuscritos iluminados, textos realizados a mano y delicadamente decorados con miniaturas (escenas y dibujos) y letras capitulares (iniciales ornamentadas). En casi todos ellos se utilizaban pigmentos de altísima calidad y elevado costo, como el lapislázuli que producía un azul intenso, o pan de oro para realzar parte de la decoración.

¿Qué proceso se seguía para elaborar un manuscrito iluminado?

Sobre vitela o pergamino se escribía primero el texto, con meticulosidad y paciencia infinitas, dejando los espacios que después ocuparían las capitulares y las miniaturas.

MINIATURA: El origen de la palabra miniatura no tiene que ver con el tamaño, sino con el pigmento que se usaba habitualmente en la composición de la tinta, el Minio.

Las letras capitulares, además de su poder decorativo, tenían una importancia vital en los textos medievales. Los manuscritos se escribían comúnmente con letra muy homogénea, la mayoría en mayúsculas y en ausencia de signos de puntuación. Eran textos muy difíciles de leer. Así, las letras capitulares servían de guía al lector, pues marcaban el inicio de una nueva sección en el texto.

Hoy en día, las letras capitulares no revisten tanta importancia y apenas se usan habitualmente, ni siquiera en el campo de la edición impresa. Aún así, nos encanta recrear la vista con estas maravillosas composiciones decoradas (e incluso habitadas) por personajes, pájaros, flores, plantas y todo tipo de elementos salidos de la prodigiosa mano de los iluminadores y los calígrafos medievales, en todos y cada uno de los facsímiles que editamos.

Porque esa sí que es la buena letra.

CM EDITORES