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¿Qué importancia tenía una genealogía en el Imperio Otomano?

El manuscrito conocido como la Biblia de Solimán el Magnífico encierra en su interior un espléndido árbol genealógico de todos los Sultanes anteriores a Solimán. Además de ser importante por su belleza. Es interesante debido a los motivos que esconde haber realizado un árbol genealógico tan minucioso. En este post vamos a responder a la pregunta: ¿qué importancia tenía una genealogía en el Imperio Otomano? Para comprenderlo, hemos de conocer primero un poco más sobre el Imperio Otomano:

Origen del Imperio Otomano:

Nacido en su momento de la tribu Kayi. Su tiempo va desde el siglo XIII hasta después de la Primera Guerra Mundial.

Osman I fue el fundador del imperio. Poco a poco, amplió su territorio. Llegó a provocar la caída del imperio romano con la conquista de Constantinopla el 29 de mayo de 1453.

Las distintas generaciones ampliaron el imperio a base de conquistas. Asimismo, lo hizo con las conversiones al islam de los diferentes pueblos y tribus que encontraban a su paso.

¿Cómo se heredaba el trono?

El imperio otomano tuvo un enemigo mucho más próximo que los mongoles u otros pueblos: los príncipes herederos.

Las continuas crisis que provocaba heredar el sultanato eran cruentas y sanguinarias. Pues los príncipes se mataban entre ellos con el fin de conseguir heredar el trono a la muerte de su padre. En ocasiones, también se ejecutaba al propio sultán al no poder controlar sus anhelos, impacientes por heredar.

Curiosamente, este es un problema que ya afrontaban otros pueblos desde otro tiempo más antiguo, como los partos de Partia.

La vida en Palacio era tan o más peligrosa que el campo de batalla. De modo que la elaboración de los árboles genealógicos, documentos ampliamente utilizados en aquel tiempo, suponían un seguro de vida. Todos intentaban emparentarse con profetas, califas, sultanes y personajes históricos relevantes para la historia con el fin de destacar sobre los demás.

Evidentemente, estos árboles genealógicos estaban lejos del carácter biológico. Su simbolismo iba en torno a la historia y lo mítico.

Los más importantes árboles genealógicos turcos estaban ricamente decorados con las imágenes de todos los profetas del Corán, Sultanes, ornamentaciones. Era obligatorio la introducción de Mahoma y su árbol genealógico en el propio.

Puede que un árbol genealógico por sí solo no consiguiese el trono al príncipe en cuestión. Pero era una ayuda para mantenerlo con vida de ser uno de los candidatos, como veremos a continuación.

La subida al otro de Solimán, el Magnífico

Soleimán el Magnífico, sultán del imperio otomano. Fue el más grande y famoso de todos los Sultanes otomanos. Conquistó parte de Grecia, Jerusalén, territorios en Oriente Medio y fue la gran amenaza de Europa durante muchos años. Se autoproclamó califa, un título que dentro del Islam conlleva la connotación de ser descendiente y heredero de Mahoma de alguna forma.

De ahí, la importancia de la genealogía que observamos en la Biblia de Solimán. Un impresionante árbol genealógico del propio sultán nos relaciona a toda la familia real a través de las generaciones. Su árbol genealógico va más allá y justifica su estirpe desde Adán y Eva. Sin dejar escapar a los profetas más relevantes para el Islam como Noé y Jesús o guerreros de la talla Gengis Kan.

Esta relación un tanto mítica no queda del todo desprovista. Gracias a Solimán, el Imperio otomano disfrutó de lo que se conoce como su época dorada. Este sultán no sólo era un gran guerrero y estratega. También era muy cultivado en diferentes artes y ciencias. Y, como tal, mejoró mucho la vida de sus súbditos gracias a las nuevas innovaciones arquitectónicas.

Para saber más…

¡Consiga el facsímil de la Biblia Otomana de Solimán el Magnífico!

Disfruta, por primera vez en el mundo, de manera totalmente inédita, del estudio de esta genealogía que legitima a Solimán como gobernante, atribuyéndole un origen ilustre y mítico.