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El mapa definitivo de Casado Soto

Sale a la luz la obra póstuma del historiador cántabro, a la que dedicó más de 30 años de estudio

MARTA SAN MIGUEL

La editorial Códices Medievales publica su revisión del imponente Civitates Orbis Terrarum,la obra del siglo XVI que recoge en seis volúmenes más de 600 dibujos de las ciudades de entonces.

SANTANDER. El artista flamenco Joris Hoefnagel tenía mucho cuidado al dibujar ciudades allá por 1567. Le podían acusar de «espionaje» si le descubrían pintando a lápiz las murallas, la situación estratégica del puerto, su flota amarrada. En realidad lo que él hacía era copiar la ciudad literalmente. Observaba sus formas y costumbres, las dibujaba con detalle en un papel. Podían culparle de abrir la puerta a posibles ataques u ofensivas por desvelar una información que hasta entonces sólo manejaban gobernantes o militares, pero en realidad la puerta que estaba abriendo era sencillamente la del conocimiento. ‘Esto es el mundo’, parecía decir con cada dibujo que firmó en una época en la que los habitantes «rara vez se movían más allá de 40 kilómetros a la redonda de su lugar de residencia». Hoefnagel sí se movió. De hecho recorrió España entre los años 1563 y 1567, y gracias a ello se debe el milagro de conservar las 45 vistas que dibujó para el titánico proyecto del ‘Civitates Orbis Terrarum’, un libro que tiene nombre de hechizo y que, de hecho, hechizó a José Luis Casado Soto durante más de 30 años. El historiador cántabro, según recuerdan sus amigos, recorría las bibliotecas del mundo estudiando documentos, buscando mapas para descubrir territorios extintos, investigando para dar con el dibujo original que precedió alguno de los 600 grabados que contiene en total la imponente obra: seis volúmenes que recogen las vistas de 580 ciudades de Europa pero también de África, Asia y América (Cuzco y México, recién descubiertos) ya que, como hiciera Hoefnagel en España, otros dibujantes dieron el salto hasta otros continentes para traer las visiones del nuevo mundo.

El impacto de su publicación fue «brutal» y vino a confirmar «la maduración del proceso cultural que fue el Renacimiento». Su representación se basaba en «mapas exactos, pormenorizados y rigurosos» en respuesta a una insaciable demanda de conocimiento. Entre las crónicas, láminas sueltas, algo de cartografía, el ‘Civitates’ emergió como un faro del que partía algo nuevo, un rumbo como si fuera «la primera guía de viajes». Desde entonces, la magna obra ha sobrevivido al tiempo dormitando en bibliotecas y archivos, dejando migas en forma de legajos que historiadores como Casado Soto seguían con meticulosa advocación. Ahora, dos años después de su fallecimiento en un accidente de tráfico, la obra a la que dedicó toda su vida se convierte en su publicación póstuma: «Se podría decir que es el único ‘Civitates’ completo en España ya que los que conserva en la Biblioteca Nacional o en Salamanca están incompletos», dice Daniel Díez, director editorial de Códices Medievales, se llo que ha publicado la primera edición facsimilar del ‘Civitates’ en España. Comenzaron a trabajar en 2007, cuando la editorial emprendió la titánica labor de transcender la mera transcripción de los grabados. El facsímil fue apareciendo entre los años 2010 y 2013, es decir, los volúmenes con los mapas, y libro de estudios realizado por Casado Soto en enero de este año 2017.

El volumen definitivo

Esa fue la gran aportación del historiador cántabro, el libro estudio, un volumen completo y exhaustivo sobre la otra información que reside en los dibujos. «Había muchos expertos en el país sobre el ‘Civitates’ pero de entre todo elegimos a José Luis Casado Soto por su pasión, lo didáctico de sus conocimientos, era un intelectual de la obra que disfrutaba compartiendo lo que sabía», recuerda Díez. Cómo no elegirle si llevaba «media vida» estudiando la obra a nivel estético y de conocimiento, observando cómo visten los personajes de cada dibujo, las clases sociales que se representaban, los tipos de trabajos. La obra original aportaba información sobre la naturaleza, los oficios, la arquitectura, puentes, acueductos o ingenios hidráulicos. Todos estos detalles dibujados, impresos, coloreados a mano «por mujeres y niños» posibilitaron el estudio en profundidad.

La gran aportación del historiador estaba a punto de salir a la luz, pero «justo antes de que lo tuviéramos corregido y terminado ocurrió el accidente» que acabó con su vida en septiembre de 2014. La Historia ese día se quedó callada, algo se detuvo, como también se paró en seco el proyecto que estaba a punto de culminar la editorial CM. Sin embargo el dolor no pudo con todo, y el ‘Civitates’ remontó: «Decidimos seguir adelante con la ayuda de su familia, sobre todo de su viuda, Rosa Coterillo». Otro amigo, Agustín Hernando, culminó la edición, y así surgió este nuevo ‘Civitates’ que reedita los seis volúmenes que allá por el siglo XVI, impulsó un canónigo de Colonia, Georg Braum, con el fin de «dar una visión humanista del mundo», y que ahora llega con un séptimo volumen en el que se incorpora la lectura entre líneas de la Historia: el Libro Estudio de José Luis con la imagen de Santander en la portada como homenaje. «Había mucha documentación sobre el ‘Civitates’, y aunque en otros países sí se habían hecho, en España es el primer estudio que se publica sobre esta obra que fue fundamental para la extensión comercial y la expansión de Europa»

No se hicieron tiradas muy amplias, «eran planchas xilográficas de madera y no soportaban muchas impresiones, como mucho se hicieron 500 ejemplares». Entonces no había imagen, el conocimiento se basaba «en una transmisión oral al que accedían sólo las clases más acomodadas». De hecho, según decía el propio Casado Soto, el ‘Civitates’ costaba «la cantidad similar de una maquinaria productiva más cara que había en la época. Valía tanto como un barco para pescar o como una yunta de bueyes». De la edición facsimilar se han editado 400 ejemplares y no tienen intención de ampliar a unasegunda edición: «Hemos tardado diez años», dice. Y toda una vida dedicada a la investigación, la de José Luis Casado Soto, para lograrlo.

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