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El Evangeliario Orleans-Angulema y la Nueva Sensibilidad Religiosa en la Corte de Francisco I de Francia

Josefina Planas Badenas

Universidad de Lleida

El denominado Evangeliario de Carlos, Duque de Angulema (Biblioteca Nacional de España [en adelante BNE], Madrid, ms. Res. 1) es un códice que, pese al elevado número de ilustraciones que lo decoran, ha quedado relegado por parte de la historiografía francesa a un segundo término. Esta indiferencia pudo originarse a raíz de los comentarios efectuados en 1893 por el prestigioso investigador Paul Durrieu, con motivo de una exposición histórica organizada en Madrid para conmemorar el cuarto centenario del descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Esta situación ha cambiado desde hace unos años, a partir de la publicación de estudios más recientes centrados en la producción artística de este período. Por ejemplo, consta un comentario puntual de este evangeliario conservado en Madrid en el catálogo de una muestra organizada en el Museo Condé de Chantilly [en adelante MCCH] desde el 26 de septiembre de 2001 al 7 de enero de 2002, titulada L’Art du manuscrit de la Renaissance en France3, y se le compara con un evangeliario gemelo de la Biblioteca Casanatense [en adelante BC] de Roma (ms. 2020), en el volumen de estudios de una edición facsímil.

Por parte de la historiografía española, la primera cita surgió a raíz de la mencionada exposición celebrada en Madrid en 1892. Años más tarde, el notable pionero de la miniatura hispana Jesús Domínguez Bordona incluyó este manuscrito en un memorable trabajo dedicado a clasificar los fondos miniados de las bibliotecas españolas. En este breve comentario, por vez primera, se hizo referencia a su antiguo poseedor, el cardenal Francisco Javier Zelada. En 1950 y 1955 el evangeliario relacionado con Carlos de Angulema se exhibió en sendas exposiciones organizadas en Madrid. En 1955 se expuso de nuevo en la Casa de Cisneros del Ayuntamiento de la capital española, en la muestra que llevó por título Manuscrits à peintures. L’heritage de Bourgogne dans l’art international.

Debemos esperar hasta la publicación del trabajo conjunto de José Janini y José Serrano, Manuscritos litúrgicos de la Biblioteca Nacional, para hallar una de las descripciones más fidedignas desde el punto de vista textual y codicológico. Finalmente, el catálogo digital de la BNE, confeccionado en 2000-2005, ofrece detalles relativos al Evangeliario de París, para uso de un príncipe francés (ms. Res. 51). Este evangeliario, que ha pasado prácticamente inadvertido a los historiadores del arte, se convierte en un objeto encantador gracias a su reducido tamaño y al elevado número de ilustraciones que lo decoran. Por sus características, pudo ser utilizado en la intimidad de un oratorio privado, en clara sintonía con la nueva sensibilidad religiosa propugnada por Erasmo, teólogo que defendía un tipo de religión interiorizada, de ritos simplificados y observancias limitadas. En cuanto a su iluminación, está decorado con 20 ilustraciones a página completa y 123 de tamaño mucho más reducido, adaptadas a las dimensiones impuestas por las dos columnas que configuran la caja de escritura.

Si a esta elevada proporción de imágenes añadimos el número total de folios que lo componen –168– comprenderemos el sentido secuencial de estas miniaturas, que por su prodigalidad establecen una relación directa textoimagen de gran fluidez visual.

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